¿Podrías imaginar un tigre sin rayas, una jirafa a la que le faltan las manchas o un oso negro pero blanco?
Es más: no sólo sin manchas o alguno de los colores característicos, sino un animal completamente albo, esto es del mismo color de la nieve.
Albo quiere decir blanco y, por ello, cuando encontramos a una persona, a un animal o incluso alguna planta en la que falta el color característico, decimos que se trata de un ser albino. Elemento sumamente raro porque implica la combinación de dos genes recesivos para esa característica.
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